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Sus vestiduras se hicieron resplandecientes, muy blancas[a], tanto que ningún lavandero en la tierra las puede dejar tan blancas. Y les apareció Elías con Moisés, y estaban hablando con Jesús. Entonces intervino Pedro y dijo a Jesús:

—Rabí, es bueno que nosotros estemos aquí. Levantemos, pues, tres enramadas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.

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Footnotes

  1. Marcos 9:3 Algunos mss. antiguos incluyen como la nieve.